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Culumna publicada el domingo 25 en el Diario de Noticias.
Sé que en toda la geografía pelotazale se siguen mucho las populares rancheras mexicanas. Conozco a varios asiduos a las finales que lo primero que hacen al montar en el coche es poner unos corridos de Los Gavilanes del Norte o la mítica Caballo prieto azabache comprada en el mercadillo de Landaben. Lugares como Bermeo o Eibar (donde mi tio abuelo Agustín Zuluaga compuso la venerada habanera Cielito) son fanáticos de este tipo de música. Además quién no conoce al gran Chuchín Ibañez, navarro de Miranda de Arga, añora a los Huajalotes o a los riojanos Paco Formoso y Juancho «El Charro» del Dúo Chapala, o a los alaveses de Araia Joselu Anaiak con sus euskal rantxerak y los homenajes al maestro texmex Flaco Jiménez. ¡Ay Anselma, Anselma!
Es verdad que a la final del domingo no llegan a los tapados gallos de pelea como Irujo o Aimar, pero los cuatro pelotaris son dignos de unos corridos, aunque Xala deba pleitesía a Pampi y sus chants basques y en Goizueta sean más de Alaitz eta Maider.
PD: Con la música de Gabino Barrera
Látigo Burlada no entendía razones atacando a la delantera.
Usaba dos manos, armaba los saques le daba gusto a cualquiera. (Olaizola)
Era alto y bién dado, muy ancho de espaldas, su golpe bien encanchado. (Eulate)
De rara pegada de aire le daba el zurdo llamado Xala.
La pasada semana estuve en Durango en el homenaje a Jon Mikel Rodríguez, un amigo y entrenador del Tabirako fallecido hace un par de meses. Realicé la presentación y posterior moderación de la charla de Pepu Hernández, seleccionador español de baloncesto y actual campéon del mundo. Pepu estuvo muy accesible e impresionado de la repercusión social y deportiva del Tabirako (no en vano mueve más de 40 equipos de basket en el pueblo). Ya en la cena en una sociedad gastronómica (txoko)
pudimos entrar más a fondo en las bambalinas de un campeonato mundial. Por ejemplo, nos contó los momentos desde que España gana en semifinales a Argentina (con aquel tiro fallado de Noccioni al final), la lesión de Pau Gasol, las lágrimas de todo el equipo porque Pau no iba a poder disputar la final, una partida de pocha (pocheta en Leiva y marrana en Durango) en una habitación de 3×3 con doce gigantes repartiendo cartas, alguna cuestión táctica para frenar a los griegos de Yanakis, la tranquilidad de los dos segundos cuartos con la final encarrilada…en fin, que lo pasamos de maravilla contando batallas de basket.
Hoy a las 19:30 tendrá lugar en Durango un Clinic Homenaje a Jon Mikel Rodríguez, un gran entrenador de baloncesto del Tabirako recientemente fallecido. La directiva del club, del que fuí jugador y entrenador durante 18 años, me ha invitado a que haga la presentación y posterior moderación de la intervención de Pepu Hernández, seleccionador español actual campeón del mundo. Ni que decir que me siento halagado por ello y por participar en este recuerdo hacia Jonmi.
El viernes pasado comencé a impartir un curso de Edición de blogs en Forem Navarra. Son quince alumnos muy interesados en conocer este fascinante mundo. El curso durará tres fines de semana más.
Muchos años después, frente a un banco de jubilados, el intendente Aureliano Egunon había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el frontón. Atxondo era entonces una aldea de 20 caseríos de piedra y tejas construida a la orilla de un torrente de aguas rápidas que se encajonaba entre la crestería y la vía férrea que transportaba mineral hasta la bocana del Superpuerto. Todos los años, por marzo, la Bruja de Anboto paraba por el frontón y enseñaba a los niños a jugar a pelota. A Mari, la dama, le gustaba mucho la modalidad del Gato Siete Vidas, ésa en la que la pelota debía de botar sin pasar del cuadro uno, donde se apelotonaban más de 20 chiguitos para matar el tanto.
Un buen día, Joxe Arkadio untó con una capa de sebo la pelota de potro, la echó en el macuto y se fue en busca de los profesionales. Desafiaba a los ídolos locales en los pórticos de las iglesias y después Dimitrius hacía bailar el oso. Llegó en el autobús de Moreno a la estación de la calle Francia de Vitoria. Conversó con un guionista de radionovelas que tuvo 17 hijos en sus cien años de soledad, éste le convenció para ir a Pamplona y allí deslumbrarse con un partido de ases del frontón. Jugaron un pelirrojo capaz de lanzar la pelota desde su pueblo hasta las palomeras; un rubio, puro hielo; un chaval con el pelo ensortijado y un mozo que utilizaba el látigo de tres cabezas para tener a todos a raya, en el rebote. Se sentó en la grada y un beduino le puso el micrófono en la boca. Tuvo que retransmitir el envite para Radio Caracol de Aracataca. En ese mismo momento, el corresponsal de Estocolmo narraba cómo otorgaban el nobel a un escritor vestido de blanco, como un pelotari. Vivir para contarla.
PD: Divertimento para celebrar las efemerides de García Márquez
Esta columna sobre el pelotari Beloki fue publicada en el blog Dosparedes.com y en Diario de Noticias.
El sábado pasado Rubén Beloki presentó su candidatura al Óscar del Campeonato Mano Parejas. Realizó un partido soberbio, más Látigo de Burlada que nunca. Los focos de la actualidad pelotazale vuelven a girar sobre Rubén, en plan estrella de Hollywood. Ahora que, junto a Nagore, ha abierto el Hotel Plazaola en Irurtzun, le veo a Beloki en el papel del implacable director del Montecito en la serie Las Vegas, ese que interpreta el mítico James Caan y tiene a raya a pipiolos embaucadores y chicas glamurosas que te despluman sin compasión en el black jack.
Su compañero Asier sería el Olaizola infiltrado, ya que su hermano anda de estelares en Tolosa, y él es quien puede salir victorioso de la misión, una vez que ha abandonado la edad de la inocencia y se ha convertido en uno de los nuestros, de los que ganan txapelas. Un guión del maestro Scorsese para estas semifinales, por favor.
Por su parte, el domingo en Bergara, Gonzalez se adentró en El laberinto del fauno y salió trasquilado, peor que el minotauro micénico en su lucha contra Teseo. El pelotari de Azkaine comenzó a percibir seres extraños en el Municipal «deformes pelotas de cuero vuelto» y se quedó tan confuso como Gonzalo, el de Siete vidas, ante un comentario del Frutero. Todo ello lo aprovechó Xala, que hasta entonces vagaba por el frontón como O`Maly por el hospital de Anatomía de Grey, y decidió convertirse en el demoledor House y meter en un brete a su gran amigo Wilson Gonzalez.
El fin de semana, la segunda parte del serial desde el Labrit Theatre y el Kodak Bergara. Continuará.
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