Nací en enero del 62 en Durango, villa capital de la comarca del Duranguesado (Bizkaia), soy descendiente por vía materna de un pueblo de La Rioja llamado Leiva de Río Tirón y actualmente resido en Pamplona (Mendebaldea). A los tres lugares guardo un especial cariño.

En Durango tengo los padres y mucha familia, amigos y la cuadrilla (referente perpetuo para un vasco), me eduqué en los Jesuitas donde adquirí mi componente humanista y social, allí jugué y entrené a baloncesto en el Tabirako. En este emblemático club aprendí y, posteriormente enseñé, los auténticos valores del deporte (compañerismo, deportividad, esfuerzo, sacrificio, antidivismo, saber perder y saber ganar…y tantas cosas).

En Leiva me divertí y disfruté de la vida inicial. Los veranos junto a mi abuela y tíos me han marcado para toda la vida Pertenezco a ese pueblo entrañable donde lo gastronómico y las tertulias interminables en la plaza, al abrigo del cierzo, ocupan un lugar primordial.

En Pamplona se resumen mis dos paisajes vitales: el verde húmedo atlántico y el amarillo cereal continental. Lo que hace no extrañar nada y sentirme a gusto.

Me licencié en Ciencias de la Información, rama Periodismo en Lejona. Ni me gustó la Universidad ni su docencia, me sentía perdido sin los referentes que dejaba todas las mañanas en Durango. Lo único bueno de esa época (aparte del alivio por la frustración del 23F) fueron las ligas conseguidas por el Athletic de Clemente y Sarabia.

Di clases en los Jesuitas de donde me llamaron para trabajar en la cooperativa Eroski en la que aprendí la primacía de lo colectivo sobre lo individual. A comienzos del 99 me fui con una media y un calcetín para Pamplona. Y aquí estoy, por mi cuenta, de freelancer, casado con Maite, con mis hijos Ander y Aimar y feliz de la vida.

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Curriculum Carlos J. Zuluaga